ACTUANDO EN TEMOR
“[Jesús] no hizo allí muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos” (Mateo 13:58). La incredulidad siempre impide la plenitud de la revelación y bendición de Dios y las Escrituras dejan claro que Dios no lo toma a la ligera. Él nos da un ejemplo de esto en la historia del Rey Asa, un rey justo y descendiente de David que gobernó sobre Judá (leer el relato en 2 Crónicas 14 a 16).