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Devocionales en Español

CONTEMPLAREMOS A JESÚS

David Wilkerson (1931-2011)

¡Cielo! La promesa del cielo está en el núcleo mismo del evangelio, sin embargo, no oímos mucho sobre este gozoso tema en estos días. De hecho, la Biblia no dice mucho sobre cómo es el cielo. Jesús no se sentó con los discípulos a explicarles la gloria y majestad del cielo. Él sí le dijo al ladrón en la cruz: “Hoy estarás conmigo en el Paraíso”, pero no lo describió (Lucas 23:43).

CITAS DIVINAS

Gary Wilkerson

“Un etíope, eunuco… había venido a Jerusalén para adorar, volvía sentado en su carro, y leyendo al profeta Isaías. Y el Espíritu dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese carro” (Hechos 8:27-29).

Este etíope, que en realidad era tesorero de Candace, reina de Etiopía, había ido al templo en Jerusalén para adorar, buscando iniciar una nueva forma de vida. Él volvía escudriñando las Escrituras en su carro.

VENCIENDO LAS SEMILLAS DE DUDA

David Wilkerson (1931-2011)

Juan el Bautista era un hombre de la Palabra. Había pasado toda su vida estudiando las Escrituras en soledad y meditando en la ley. Él señaló a Jesús y declaró: “He aquí el Cordero de Dios” (Juan 1:29). Él había visto al Espíritu Santo descender sobre Cristo como paloma y había oído la voz del Padre declarando a Jesús como su propio Hijo. Sin embargo, Juan se hallaba en la cárcel, su poderoso y ungido ministerio fue interrumpido por el malvado rey Herodes (ver Lucas 3:19-20).

¡JESÚS YA REINA COMO REY!

David Wilkerson (1931-2011)

El rey Nabucodonosor instaló una estatua de oro en Babilonia y exigió que fuera adorada. Todos los funcionarios, líderes y ciudadanos de las más de cien provincias de Babilonia tuvieron que postrarse ante este dios o enfrentar la muerte: quemados vivos en grandes hornos. Sin embargo, tres jóvenes y devotos judíos en el reino se negaron a inclinarse y el rey furioso los arrojó al horno de fuego.

VALEN LA PENA LAS DIFICULTADES, A CAMBIO DE LA RECOMPENSA

David Wilkerson (1931-2011)

Hay un costo por entregarse completamente a Dios, pero también hay una gran recompensa. Cuando eres tibio, tienes una forma de piedad sin poder, no eres ni demasiado pecaminoso ni demasiado santo, eres aceptado y tu vida es relativamente tranquila. No eres problema para nadie, ni siquiera para el diablo.

INCAPACES DE VER NUESTRO PROPIO PECADO

David Wilkerson (1931-2011)

“Uno de los fariseos rogó a Jesús que comiese con él. Y habiendo entrado en casa del fariseo, se sentó a la mesa. Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume; y estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungía con el perfume” (Lucas 7:36-38).

UN PRINCIPIO DE JESÚS

Gary Wilkerson

“¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo?” (Isaías 58:6).

Dios enviará algo sobrenatural a través de la oración y el ayuno. Isaías 58:10 nos dice: “Si dieres tu pan al hambriento, y saciares al alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será como el mediodía”.