¡Comienza a Bendecir a los Demás!
Dios nunca bendice sin atraer a esa persona a sí mismo. Cuando comencemos a bendecir a otros en medio de nuestras pruebas, sabremos que la mano de bendición de Dios está sobre nosotros.
Dios nunca bendice sin atraer a esa persona a sí mismo. Cuando comencemos a bendecir a otros en medio de nuestras pruebas, sabremos que la mano de bendición de Dios está sobre nosotros.
¿Ha venido ya sobre ti la bendición de Abraham? Si aceptamos plenamente la justicia de Cristo por fe, entonces seremos bendecidos junto con los fieles Abraham y David.
El Señor bendijo a los débiles, a los vilipendiados, a los perseguidos, a los abatidos, a los que son considerados nada a los ojos de los demás porque su poder se glorifica en nuestras debilidades.
Pídele hoy a Dios que te muestre toda su sencillez, amor, sabiduría, fuerza, verdad, misericordia, poder, gracia y bondad. Es allí donde hallarás la paz que sobrepasa el entendimiento.
Vivimos en una era en la que muchas personas que afirman conocer a Dios y seguir las Escrituras son en realidad lobos que plantan semillas de duda y desprecian a quienes se esfuerzan por obedecer el mandato de la Biblia: “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad” (2 Timoteo 2:15).
Muchos cristianos piensan que Dios sólo se deleita en castigarnos y corregirnos. ¡No es tan cierto! La Biblia nos dice que él no se complace en disciplinarnos. Al contrario, Jesús dice: “No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino” (Lucas 12:32). Él nos asegura: “¡Te daré todo lo que necesites porque mi corazón está decidido a bendecirte!”
Aarón es un tipo de Cristo en el Antiguo Testamento y su obra pinta un cuadro increíble de Dios mostrando misericordia a través de las oraciones del sumo sacerdote.
La obra inicial de la intercesión de Jesús fue la aspersión de su sangre sobre cada letra y deuda que teníamos, luego Jesús comenzó a orar por nosotros, intercediendo ante el Padre por nosotros.
Satanás se presenta ante el trono de la gracia para acusarnos. Entonces es cuando Jesús da un paso adelante y aboga por nosotros, y el diablo se ve obligado a irse con una fuerte reprensión.
Cuando Dios nos dice que tiene la provisión que necesitamos, no se trata simplemente de una cantidad mezquina. Dios tiene todo lo que necesitamos. Su capacidad para afrontar nuestra situación es infinita.