Perdón vs Confianza
El perdón no es una opción para nosotros. Dios ha perdonado a quienes acuden humildemente a él buscando una vida nueva en Cristo; sin embargo, el perdón y la confianza no necesariamente van de la mano.
El perdón no es una opción para nosotros. Dios ha perdonado a quienes acuden humildemente a él buscando una vida nueva en Cristo; sin embargo, el perdón y la confianza no necesariamente van de la mano.
El incienso en la Biblia representa la oración, y el incienso siempre ardiendo en ese altar en el Lugar Santo representa las oraciones de Jesús mientras estuvo en la tierra.
La gracia se da a los creyentes a través de las oraciones del Sumo Sacerdote Jesús. Él se compadece de nuestras debilidades y actúa con misericordia.
Jesús está orando por los transgresores que aún no se han vuelto a él. Las Escrituras dicen que él puede salvar perpetuamente, es decir, hasta el fin de los tiempos, a todos los que alguna vez vengan a él.
Si Cristo es Señor de la vida de los creyentes, los postes de nuestras puertas han sido rociados con su sangre. Esto no es sólo para el perdón sino también para la protección contra los poderes de Satanás.
Con mucha frecuencia, cuando los cristianos soportan las pruebas de la vida, no ven ninguna esperanza más allá de su difícil situación. Sin embargo, en ese momento, Dios se está moviendo en nuestras vidas.
Si los creyentes oímos sermones y celebramos a Dios sin grabar la Palabra en nuestros corazones, los males en nuestras comunidades nunca nos abandonarán realmente.
Jesús no murió sólo para llevarnos al paraíso. Él murió para que cada día, nosotros podamos vivir en una hermosa y cercana comunión con el Padre celestial.
¿Quién es verdaderamente justificado por la fe? Es aquel que sabe que está perdido e indefenso, y lo ha intentado todo y ha fracasado. Ahora entrega toda su vida en manos del Señor.
Jesús nos justifica por la fe con un propósito. Debemos romper completamente con este mundo y conformarnos sólo a Cristo.