Distracciones en el Lugar Santo
Ven a la casa de Dios con el corazón y la mente dispuestos a adorar, dejando a un lado todos tus afanes y preocupaciones.
Ven a la casa de Dios con el corazón y la mente dispuestos a adorar, dejando a un lado todos tus afanes y preocupaciones.
Nuestro mundo puede estar sumido en el caos, pero podemos confiar en Dios, quien tiene poder soberano sobre todas las naciones.
Si Dios nos ha dado advertencias y tenemos luz a través de su Palabra, Dios nos juzgará en consecuencia. Si tenemos la capacidad de detener algo malo, hagamos todo lo posible para detenerlo.
Abram tenía fe pasiva, que es la confianza de que Dios vela por nuestros mejores intereses y que Dios sabe que nosotros mismo lo que es mejor para nosotros.
La gente a menudo distorsiona la gracia de Dios haciéndola ver como una especie de túnel para salir de la prisión de su ley, pero la gracia es en realidad una maestra de santidad.
La ley no está destinada a la persona cuya obediencia surge del deseo de agradar a Dios. Corresponde a aquellos que están distraídos por el mundo actual, para que vuelvan su mirada hacia Dios.
Por el poder del Espíritu Santo prometido en el Nuevo Pacto, Cristo libera a los creyentes de toda iniquidad y nos capacita para vivir la justicia que él nos atribuye.
Los hijos de Dios están en el mundo para luchar contra las puertas del infierno porque tenemos la promesa de que el infierno no prevalecerá.
Todos están invitados al reino de Dios, pero al igual que en cualquier boda, no se nos permite asistir bajo nuestros propios términos.
Cualquiera que sea tu batalla, ¡no te rindas! Dios nunca es limitado en poder para proveer la fuerza y los recursos que puedas necesitar.