Sembrando las Semillas de Esperanza
La Palabra y el Espíritu de Dios pueden transformar los problemas que parecen tener menos esperanza, pero nuestro mandato es no temer ni desanimarnos; somos llamados a obedecer y confiar en Dios.
La Palabra y el Espíritu de Dios pueden transformar los problemas que parecen tener menos esperanza, pero nuestro mandato es no temer ni desanimarnos; somos llamados a obedecer y confiar en Dios.
Como creyentes, siempre daremos mejores frutos cuando nuestro enfoque sea encender velas del evangelio mientras esperamos en Dios en lugar de simplemente maldecir la oscuridad.
Todas las personas luchan contra el temor, incluso los más valientes y fuertes entre nosotros. Debemos volver regularmente al cuidado del Señor cuya fuerza se perfecciona en nuestra debilidad.
Cuando vienes a Jesús, no puedes compensarle nada. Él te lo compensa todo porque eso es lo que él es como Dios generoso y misericordioso.
Dios está esperando tu clamor de un corazón quebrantado con la fe de un niño. Él es un padre atento que está listo para oírnos y responderá a nuestro clamor.
No importa lo que estés pasando, no importa cómo te sientas, el Señor se compadece de tus debilidades. Él conoce cada mover tuyo y tiene compasión por ti.
Una joven que trabaja con nuestros socios en el extranjero compartió su testimonio de cómo Dios salvó su vida y su alma con su gran y compasivo poder.
Ya tenemos fe, pero la Biblia nos dice que hagamos todo lo posible para agregar cualidades espirituales a nuestra fe. Para ser eficaces en nuestra fe, nunca debemos dejar de crecer.
¡El Señor nos ha traído a nuestra Tierra Prometida en Cristo! Jesús es para nosotros un lugar permanente donde nunca falta nada. Dios siempre proveerá lo que necesitamos.
Los creyentes pueden pasar por pruebas y sufrimientos. Puede que tú estés lejos de lo que deseas ser en el Señor. Sin embargo, puedes saber que eres un deleite para tu Padre celestial.