Anda Confiadamente al Almacén
Los hijos de Dios están destinados a venir confiadamente a su trono y pedir en grande toda la gracia y la misericordia que necesitamos para ayudarnos a superar cada tentación y prueba.
Los hijos de Dios están destinados a venir confiadamente a su trono y pedir en grande toda la gracia y la misericordia que necesitamos para ayudarnos a superar cada tentación y prueba.
Es un pecado desperdiciar la sustancia de nuestro Padre en una vida sensual, pero es un pecado aún mayor rechazar el gran amor de Dios dejando sin reclamar los abundantes recursos que nos ha dado.
“Me llevó a la casa del banquete, y su bandera sobre mí fue amor” (Cantar de los Cantares 2:4). En la parábola del hijo pródigo (ver Lucas 15:11-31), el gozo del padre no pudo ser completo hasta que estuvo sentado en el salón del banquete con su hijo menor. Él tenía que asegurarse de que su hijo supiera que fue perdonado y que su pecado fue borrado.
El amor de Dios por nosotros no tiene ataduras; no depende de que lo amemos. Él nos amó incluso cuando estábamos lejos de él en nuestros corazones. Eso es amor incondicional.
Dios nos manda a estar vigilantes; prestar atención cuando nuestros egos quieren hacerse cargo. A menudo es más fácil dejar de lado nuestras propias fuerzas, pero debemos dar un paso atrás y dejar que el Espíritu Santo dirija.
Solo Dios tiene el poder de vencer la oscuridad, y él conoce el camino al triunfo. Quizás estés lidiando con situaciones intensas; ¡el poder redentor de la bondad de Dios permanece!
Tú no puedes divorciar las provisiones de Dios de su amor. ¡Él nos ha dado provisión para cada crisis en la vida para ayudarnos a vivir victoriosamente en todo momento!
Arraigado en Dios significa “tener una base estable para comprender el amor de Dios por ti”. ¡Ese conocimiento es la verdad fundamental sobre la cual deben construirse todas las demás verdades!
A menudo no tenemos la fuerza para ponernos la armadura de Dios o para orar con fe como deberíamos; así que roguemos a Dios que nos vista con su armadura y haga por nosotros lo que nosotros no podemos hacer por nosotros mismos.
Una marca de alguien como José es que te afliges por el pecado. Orarás contra las incursiones de Satanás en la iglesia. Orarás para que prevalezca la justicia.