Trayendo a Cristo a Tu Crisis
Cuando estamos completamente comprometidos con Dios, Jesús vendrá a nuestras crisis por una razón, solo por nuestro bien. Él viene a consolarnos y rescatarnos porque nos ama.
Cuando estamos completamente comprometidos con Dios, Jesús vendrá a nuestras crisis por una razón, solo por nuestro bien. Él viene a consolarnos y rescatarnos porque nos ama.
Cada uno de nosotros tiene una conexión especial con el único consejero confiable del mundo en nuestros tiempos de dificultad: el Espíritu Santo.
Varios profetas del Antiguo Testamento tuvieron visiones que revelaban un poderoso derramamiento del Espíritu Santo en los últimos días, y esto debería animarnos mucho.
No tengas miedo al fracaso. ¡Adora a Dios hasta que llegue la victoria! Esto puede sonar como un exceso de simplificación, pero la manera de superar el fracaso en realidad es la adoración a Dios.
Aunque nos sentimos carentes de fe, las pruebas son el momento de permanecer fieles, cuando la sabiduría y la madurez se establecen en lo más profundo de nosotros. Esto es tomar la cruz de Cristo.
Las voces en las que crees determinarán el futuro que experimentes. La voz de Dios es donde se encuentra verdaderamente nuestra identidad y la búsqueda acaba.
El amor del padre trajo al hijo pródigo a casa, pero fue el deleite del padre lo que lo mantuvo allí. Esta historia no se trata principalmente de un hijo perdido, sino del padre.
Debemos estimar tanto a los que pecaron contra nosotros como a los demás miembros del cuerpo. Cuando dejemos que el amor de Dios habite en nosotros, todo temor será expulsado.
Abracemos el conocimiento de que Dios nunca abandona a sus hijos en su momento de angustia, incluso cuando las cosas parecen absolutamente desesperadas. ¡Podemos confiar en él!
El ministerio consolador del Espíritu Santo que Jesús prometió a sus seguidores comienza con esta verdad fundamental: Dios no está enojado contigo; él te ama.