El Jesús Siempre Presente
No hace mucho, estaba sentado afuera de mi casa, leyendo mi Biblia, y de pronto sentí este intenso anhelo. Me encontré diciendo: “Jesús, desearía que estuvieras físicamente aquí. Desearía que te sentaras a mi lado en mi porche, abrieras mi Biblia y me hablaras de ella. Ojalá pudiera ver tus ojos y oír tu voz”.