Perdón sin Límites
Uno de los enemigos más devastadores de nuestra fe es el asunto de la ofensa. En algún momento, alguien te ofenderá y tú ofenderás a alguien, sin querer. Se requieren dos respuestas: Cuando te has ofendido, ¿tendrás la fe y la obediencia para decir: “Te perdono por esto”? Y cuando has ofendido a alguien, ¿tendrás la humildad de decir: “Por favor, perdóname”?